Ya todo fue anunciado. Ya no
hay más que decir. Los tiempos están cumplidos y lo que debe suceder va a ocurrir
en el momento correcto. Nada podrá ser evitado. No hay donde ocultarse, ni por
donde huir. Caerás por tus negaciones y tus abominaciones, tus maldades y tu
soberbia. Tu tiempo se ha terminado y no hay escape, el final llega y no será
un segundo. Será largo, doliente, penoso. Y no sabrás cuando llega, ni en que
orden sucederán las cosas. Ni cuanto será tu dolor hasta que la muerte te lleve
de nuevo a tu oscuridad.
Debiste creer en las verdades
y sin embargo te aferraste a las mentiras, a las vulgaridades y a las cosas fáciles.
Preferiste dominar, someter, hacerte dueño y señor. No acompañaste a la
naturaleza, al contrario la fuiste destruyendo a diario. Tenias el mundo a tu disposición
para un uso armonioso, equilibrado y nada te importo, era mas valioso tu poder
y tu riqueza. Las cuales ahora no te salvan, solo eres uno mas sintiendo el
poder de la naturaleza, del universo cayendo sobre ti. Buscas protección en
dioses de cartón. No hay rezo útil arrodillado ante una estatua de yeso.
Debiste bendecir el árbol, el río y la tierra. Respeta a todo ser. No hay perdón,
porque tus suplicas son fatuas, vacías, no hay amor, como nunca lo tuviste menos
lo tienes ahora. Solo quieres salvarte tu y tu poder, no te importan los demás.
Tu egoísmo te destruyo, pero no hoy, sino hace mucho.
Y ahora que los fuegos queman,
que las aguas todo lo cubren, que las piedras caen del cielo, que las tierras
tiemblan, no tienes donde ir, ni a quien recurrir. Es la hora de depurar, de
limpiar, de sacar la maleza. El planeta necesita ser purificado nuevamente y tu
expulsado otra vez. Algún día aprenderás, algún día, mientras el dolor te
acompañará, hasta que sepas que el amor es la única riqueza y el único poder
del universo.
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